
La postura del también novelista y dramaturgo fue pronunciada durante la audiencia sobre la situación del derecho de la libertad de expresión en Venezuela, efectuada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), con sede en Washington.
El escritor, en su calidad de representante del Estado venezolano, basó sus dichos en el libro de su propia autoria “Investigación de unos medios por encima de toda sospecha”, publicado en 2005.
Britto García expresó que en el país existe “una censura y un veto a la libertad de expresión, pero hecha por los medios privados”.
Se refirió al desempeño de las empresas de comunicación privadas durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y las acusó de haber sido parte fundamental de ese plan de desestabilización.
Asimismo, señaló que esos medios defienden la teoría de que durante el golpe de Estado hubo un “vacío de poder”, pese a que el presidente Hugo Chávez estuvo secuestrado por 48 horas.
En ese lapso de tiempo, las empresas mediáticas privadas vetaron “toda información al pueblo sobre lo que sucedía en Venezuela”, afirmó.
Sobre el poder de los medios privados, Britto García recordó que en el país existen “unas10 televisoras de servicio público frente a 87 privadas” y “unos tres diarios que no son opositores frente a cerca de un centenar de diarios opositores”.
Frente a esta situación, y respetando la Constitución y las leyes de la nación, el Estado venezolano se encuentra con derecho a utilizar las cadenas nacionales para informar a los ciudadanos.
Recordó además que el espacio radioeléctrico es propiedad estatal y que es entregado en concesión a empresas privadas.
Britto García manifestó que en Venezuela “los medios de comunicación son propiedad de una pequeña cantidad de familias que tienen una inmensa concentración de propiedad
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