
Daniel Ernesto Albornoz Pérez. (Foto: Rafael Bastidas).
Hace dos años, la energía de Daniel Ernesto Albornoz Pérez, de 21 años, se vio empañada tras ser diagnosticado con leucemia linfoblástica, una enfermedad que requiere de un costoso tratamientoy un trasplante de médula ósea fuera del país para sobrevivir.
Si asumir la realidad de esa enfermedad a tan temprana edad, tanto para el paciente como para la familia, fue difícil, más difícil es costear el tratamiento que permitirá ganarle la batalla, “pero la batalla que se pierde es la que no se lucha”, dijo convencida Magledys de Albornoz, la madre del joven, quien lo acompaña a cada segundo y dice: “Dios dará el camino para conseguir los recursos, porque las ganas de vivir, mi hijo no las ha perdido”.
Aislado completamente en un cuarto del Hospital Clínico de Maracaibo, Daniel y su madre no pierden la esperanza de conseguir el dinero para viajar lo más pronto posible al exterior y que sea trasplantado. A su lado, el doctor Tito Rincón, uno de los mejores hematólogos zulianos, manifestó que Daniel tiene una leucemia linfoblástica y su mejor opción y la más inmediata es el trasplante.
“La eventualidad con él (Daniel) es que recibió tratamiento de primera línea, no le fue bien y recayó, volvió la enfermedad y desde ese momento tenemos como mejor alternativa tener que trasplantarlo. Estamos iniciando la posibilidad de que esta operación tiene que ser fuera del país, pero nos ganó la enfermedad y esta es su segunda recaída; cada vez que él recae se hace más urgente el trasplante. Ahorita estamos saliendo de su tercer ciclo de tratamiento, apenas supere esta fase hay que avanzarlo lo más pronto posible a su trasplante y que se recupere plenamente. Esta enfermedad es mortal sin tratamiento y cada recaída le imposibilita su recuperación, y apenas está en su tercera salida para promoverlo a la operación”, dijo Rincón.

Magledys de Albornóz.
Contener el dolor y que no se haga un nudo en la garganta ante esta perspectiva es difícil, pero Magledys cuenta con el apoyo de su familia y sus amigos, en su mayoría políticos activos, ya que ella es participante activa de las Unidades de Batalla Hugo Chávez (Ubch) en Cabimas, y Daniel es patrullero.
“Quiero que el presidente (Nicolás) Maduro nos ayude, porque esto no se lo deseo a nadie, yo veo que cada día lucha y lucha, es un muchacho de 21 años que estaba haciendo dos carreras, además quería ser teniente coronel. Usted me puede ayudar Presidente, su equipo nos puede ayudar”, exclamó Magledys.
La historia
Todo comenzó al finalizar el mes de enero de 2012, cuando tras un extenuante trabajo político, Daniel perdió peso aceleradamente, en enero de 2013 y tras una caimanera (juego) de fútbol las piernas empezaron a inflamarse.
“Mi esposo lo llevó al médico y le hicieron radiografías, tras unos estudios le dijeron que no era golpe ni nada y lo llevamos al traumatólogo, éste nos dijo que le hiciéramos exámenes de laboratorio, lo llevamos al internista y cuando vio los resultados, nos dio la mala noticia de que era leucemia. Allí cambio todo”, manifestó.

Hematólogo Tito Rincón.
“Le hicimos terapia y se recuperó muchísimo, no vi necesario ir a la Fundación de Pdvsa, pues su evaluación era muy buena pero recayó en octubre de 2014 y aquí estamos, pero a la segunda recaída decidimos ir la Fundación, tres meses después nos dijeron que no había recursos, pues Pdvsa tiene dos años que no le inyecta a la institución, allí nos derrumbamos, pero me levanté de sopetón y dije no señor, yo lo voy a conseguir y aquí estamos, pidiendo ayuda a quien nos las pueda dar”, apuntó.
Magledys destacó que le entregó una carta al alcalde del municipio Santa Rita, William Pereira, así como al gobernador Francisco Arias Cárdenas.
También envió correos y soporte médico a Rafael Gómez Abreu, presidente de la Fundación Simón Bolívar.
“Estamos esperando respuestas pero el tiempo no está de nuestro lado”, dijo.
Daniel quiere concretar sus estudios, él dejó la ingeniería mecánia en LUZ-Cabimas y Gerencia Aduanera en la Unerm.
“Tengo otro hijo de 19 años, él debe viajar con nosotros porque es posible donante y yo tengo el 100%. Mi esposo trabaja en Pdvsa, se llama Alirio albornoz y goza de beneficio del Plan internacional de Salud. Necesitamos que nos ayuden, no tenemos dinero para estar el tiempo que haya que estar”, indicó la madre.
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