miércoles, 22 de enero de 2014

El Sonero del Mundo sigue imbatible




OSCAR D’LEÓN: 42 AÑOS CONQUISTANDO EL MUNDO CON SU VOZ Y SU OPTIMISMO

Para la Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV) fue un gran momento para unir talentos y subir al escenario de Fitven 2013 en la hermosa ciudad de Mérida junto a Oscar D’León, cantante y bajista, que ha llenado los corazones de los venezolanos con su música y sobre todo con una actitud única, una gran sonrisa y un positivismo que contagia, sobreponiéndose a la adversidad. Es ejemplo a seguir para todos. Este año, la experiencia de estar juntos se repite, pues Oscar D’León regresa junto a la OSV el próximo 28 de enero a las 7 p.m. en la ciudad de Maracaibo, cuando celebren una gala musical honrando el reconocimiento Guinnes al Relámpago del Catatumbo, en el Día de la Zulianidad, junto a Vocal Song, Huáscar Barradas y Rincón Morales. El Gran Sonero del Mundo sigue marcando las pautas de nuestra historia musical, energía le sobra.
Evelyn Navas Abdulkadir. Prensa Orquesta Sinfónica de Venezuela. Un accidente doméstico con la consecuente pérdida de la visión en su ojo izquierdo, no amilanó la inquebrantable voluntad de un hombre que se hizo a sí mismo a pulso. Caraqueño de origen, Oscar Emilio León Simoza, mejor conocido como Oscar D’León es músico autodidacta, que eligió el bajo como su instrumento y pulió su hermosa voz para cantar un género exigente: la salsa.
Su éxito en América Latina y todos los países de El Caribe junto a su orquesta La Dimensión Latina, le merecieron ser conocido como El Faraón de la Salsa y también como El Sonero del Mundo, cuando conquistó Europa, Asia, Estados Unidos y muchas latitudes, donde impuso sus temas hoy por hoy considerados clásicos.
Oscar D’León proviene de una populosa parroquia de Caracas, Antímano y desde muy pequeño se interesó por la música caribeña. De sus inicios en el canto recuerda que: “eran dudosos, no tenía forma de saber que sería cantante. Me atrajo el bajo porque es un instrumento líder en cualquier agrupación, pero nunca tuve formación académica. Aprendí a tocar de forma empírica oyendo los temas de la Sonora Matancera, tratando de imitarlos. Fue una gran emoción para mí tener un bajo en mis manos, la primera vez que lo toqué, ni siquiera sabía que tono estaba tocando. Con el tiempo me fui amoldando, me acompañaba en cualquier tema”, nos cuenta el artista. Sin embargo hoy, no toca su bajo cuando está en el escenario: “Hoy manejo la orquesta y eso me complica las cosas”.
De esos inicios recuerda que escuchaba los temas del Trío Matamoros, la Sonora Matancera y la Billo’s Caracas Boys, así como a Benny Moré, Celia Cruz, Tito Rodríguez y Willie Colón. Su carrera musical se inició cuando tenía 28 años, llegó a desempeñarse como mecánico, taxista y hasta culminó la carrera de topógrafo, que nunca llegó a ejercer. Mientras tanto, incursionó en varias agrupaciones musicales. Destacó por ser un gran bajista y llegó a ser cantante cuando el destino le brindó una oportunidad que no pasó por alto: tenía la posición de bajista con una agrupación que tocaba en la cervecería La Distinción, en la que inicialmente sólo cantaba en los coros, sin embargo, ante la ausencia del cantante principal del grupo antes de una presentación, manifestó su interés para cubrir esa vacante y es así como se inicia como la voz principal de la banda.
En 1972 Oscar D’León crea La Dimensión Latina, junto al percusionista Elio Pacheco, José Rodríguez, el trombonista César "Albóndiga" Monges, el pianista Enrique "Culebra" Iriarte (que sería sustituido luego por Nano Ladera, Tony Monserrat y Jesús Narváez) y José Antonio Rojas. Se estrenan el 15 de marzo de ese año en un ensayo en casa de Iriarte en La Guaira y debutan luego en La Distinción. Graban el primer disco y logran el éxito con el tema Pensando en ti.  Dos años después se une el bolerista Wladimir Lozano, comenzando una relación muy exitosa con Oscar D’León, ya que como dupla logran imponer temas como Que bailen tósLa Piragua, y el primer éxito internacional Llorarás, compuesto por el mismo Oscar D’León, así como también, La VelaDivina NiñaTabogaJuancito TrucupeyEl fruteroParampampam y Dolor cobarde. Los arreglos musicales de la orquesta siempre fueron de Monges y Oscar D'León.
“Al fundar la Dimensión Latina y ver cómo conquistamos el éxito en poco tiempo, supe que me dedicaría a la música a tiempo completo. Sabía que mi camino iba a cambiar y no me equivoqué y aquí estamos”, relata Oscar D’León, quien nos dice que su papá tenía reservas al principio: “Aún así me apoyaron porque vieron en mi la felicidad que afloraba todo el tiempo, la inquietud y el deseo existía. El dinero comenzó a llegar, producto del éxito y la familia mejoró también”.

La música: la prioridad que brinda felicidad
Oscar D’León no cree en la suerte sino en el trabajo y en la responsabilidad. El éxito viene de ser constante con su profesión: “No elegí la Salsa como género, es cuestión de gusto. Hoy disfruto de cualquier género con aprecio y un gusto total. La fama y el éxito vienen de ser acucioso con la profesión, de pensar en ella como la prioridad, de atenderla y quererla como lo más importante de la vida. Para mí, mi Orquesta es mi primera familia y mi música es lo más importante porque me da felicidad”.
Oscar D’León es compositor desde muy joven: “Escribía desde antes de la Dimensión Latina, pero hice sonar mis temas con ella y así me catapulté. Hoy me inspiro en cualquier motivo favorable para escribir una canción. Mi forma de componer es ésta: primero tarareo y después visto ese maniquí con letra. En muchas ocasiones me llega la musa y cómo no tengo un grabador conmigo, se pierde parte del proceso. Para mí es fácil componer porque he sido dotado con un don de la naturaleza: captar la música y saber qué es bueno o no, qué va a ser un éxito o no”, nos cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario